POESÍA: En lo que dura un beso
I
En
lo que dura un beso, poema de amor,
mis
ideales son estatuas que decoran,
junto
a mi liviandad la antigua alcoba,
el
quebrado cajón de mi corazón.
Permitiéndome,
con licencia de Dios,
descubrir
mis filias por anticipado
y escalar
por los cielos de lo anhelado,
robándote
una estrella con mi canción.
Y
mientras fe y razón siguen batallando,
mis
caricias y abrazos de contrabando
anidan
en la aduana del porvenir.
pisando
esquirlas de la amargura
recicladas
en noches de aventura
en
las que poder nuestros labios unir.
II
En
lo que dura un beso, haz de pasión,
las
mariposas abandona su vuelo
despojando
de grises nubes un cielo
que
mudaba cada noche de color.
Regalándole
un pétalo a la luz del alba,
cantándole
una canción desesperada,
batiéndome
en duelo contra sus espadas
por
un mar de corrientes en tonos malva.
Sintiéndome
sosegado a sus espaldas,
sensual
sentimiento, tú que calmas
los
nervios que atenazan la incomprensión.
Azaroso
y propietario de lo incierto,
dulce
beso que enciendes en cada puerto,
a cada
orilla, a cada viento, una pasión.
III
En
lo que dura un beso, instante infinito,
arranco
las cadenas y me escondo
en
pintura de tu cuadro en escorzo
o en
las rimas de mis versos furtivos.
Pronta
llamada que despierta un amor,
fija
mirada que encuentras frente a ti,
flor
de loto y mil esencias de jazmín
que
olvidan patrias y códigos de honor.
¡Cómo
olvidarte! Fugaz momento de ayer,
brisa
de aire cálido que al nacer
me
hace ver tus ojos, tu pelo y tu piel.
¡Cómo
negarte! Dulce momento con miel,
dura
armadura del soldado infiel
que
niega su instante, instante con hiel.
IV
En
lo que dura un beso, virtud de templanza,
me
refugio en las sábanas de los sueños
con
la inocencia de dos niños pequeños.
Fuegos
de artificio y llamas de esperanza.
Abonado
a la magia de la fantasía
que
traspasa el umbral de la realidad,
sustento
a mi alma con la felicidad
que
en mi piel tatúa tu alegría.
Olvidando
ratos en los que en mi colchón
habitaba
solitario un corazón
pidiendo
un beso para poder latir.
Esquivando
una vida que sólo acostumbre
al
calor del invierno y pasión de la lumbre
en
frías noches donde sobrevivir.
V
En
lo que dura un beso, ocaso de tarde,
no
escondas tras nosotros nunca tus rayos,
sol
de amor, ilumina juntos nuestros labios
para
poder en tu sombra iluminarte.
Precioso
instante, mágico segundo,
calor
de día, finitud atormentada,
que
alejando la lluvia granizada
cubres
de amor a cada hombre del mundo.
¡Qué
circulen pétalos por nuestras venas
y un
río de color embarre las penas
en
el momento más feliz, más intenso!
¡Que
un volcán de pasión en erupción
nuestros
cuerpos de lava cubra al sol
en
lo que dura, en lo que dura un beso!
Este poema fue premiado en el XLVI Certamen Nacional de Poesía 'Amantes de Teruel' en la categoría de Premio de Poesía Joven al mejor poema de autor turolense.
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