BLOG: Más allá de 140 caracteres
Aprovechando
las oportunidades que brinda Madrid de acercarte a los referentes de tu
profesión, acudimos ayer Brenda Valderde y
un servidor a la primera de las dos conferencias del ciclo de Periodismo y
Opinión que ha organizado Mutua Madrileña en su sede del tramo serpenteante del
Paseo de la Castellana. La segunda, para quien esté interesado, será el próximo
miércoles 25 de marzo con la presencia de Enric González, Arcadi Espada o
Elvira Lindo entre otros. También hemos sacado entrada para la faena.
Sobre
la tarima ayer la directora del Huffignton Post en España, Montserrat
Domínguez, los periodistas de EL MUNDO Rubén Amón (Nacional)
y Antonio Lucas (Cultura), y Manuel Jabois (reciente
fichaje de El País procedente de la Avenida de San Luis). Tres plumillas, como
se encargó de recordar la única mujer sobre el escenario además de la azafata,
y una periodista todoterreno que ha pasado por televisión y radio además de
prensa escrita y digital, la propia Domínguez.
Los
perfiles de los ponentes no pasaron desapercibidos durante la conversación. La
palabra, convertida en el principal arma de información como defendía un
Antonio Lucas que demostró hablar en público con tanto aplomo como escribe,
frente a otros códigos cotidianos de la comunicación de hoy en día como
los memes, Vines, emoticonos, fotografías en distintas y a veces
cuestionables calidades, WhatsApps y otros, como defendió la directora del
Huff, quien se mostró más proclive a la utilización de estas herramientas
ciudadanas.
Pero
como la charla en sí tenía por título “Más allá de 140 caracteres”, tocó hablar
de Twitter, un instrumento de trabajo en el que los cuatro llevan tiempo
embutidos y sobre el que se notó si bien no aversión, sí un comedido
enfriamiento alejado del entusiasmo con el que hace 2 o 3 años se hablaba de
esta misma red social en cualquier foro similar. Reconoció el propio Rubén Amón
ejercer en ocasiones una saludable autocensura y pensarse dos veces escribir
determinados tuits custionando los actos de algunas formaciones políticas de
nuevo cuño teniendo en cuenta las represalias de sus incondicionales seguidores
durante meses después. “El efecto contrario es meterse con Rajoy”, sentenció al
decir que tenía cientos de retuits y comentarios favorables asegurados
utilizando ese recurso fácil.
“Antes
los redactores escribíamos con el aliento de nuestro director en el cogote,
pero ahora lo hacemos con cientos de personas a las que en muchas ocasiones no
conoces de nada pero que están dispuestas a pagar por tu trabajo, lo que es más
importante”, dijo un Jabois que esa misma mañana había debatido con algunos
tuiteros el diverso sentido que habían entendido de su última pieza en El País
sobre la figura de Ramón Espinar.
Esa
sensación de mezcla de angustia y motivación profesional que flota en el
ambiente en general y en este oficio en particular centró buena parte del
discurso de los periodistas, que no dudaron en ejercer el sano ejercicio de la
autocrítica para poner voz a algunas obviedades, algo que hizo mejor que nadie
Antonio Lucas al decir que los propios periodistas son a veces quienes más daño
hacen a la profesión por exceso de arrogancia, por inmovilismo al no saber reconvertir
el modelo tradicional y por un modelo de negocio en el que se permite que en el
mismo medio convivan redactores que tienen aparcados sus coches de alta gama en
el sótano de la redacción con otros que apenas cobran los 600 euros, una
reivindicación que se convirtió en la única intervención aplaudida de la charla
por sí misma, ya que las preguntas de los asistentes se quedaron en las manos
del moderador y sin voz.
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